Ventana "U"

Víctor Jara en la UCR: la voz que sobrevivió a la muerte

Lic. Carlos Garita Víquez
Asistente del Museo UCR
Historiador, docente y administrador de la educación no formal

La presencia de Víctor Jara acaparó la portada de Semanario Universidad. Semanario Universidad, 22 de noviembre de 1971, p. 1. 

La voz del cantante Víctor Jara fue apagada en 1973. Con su muerte, se trató de silenciar la esperanza y la denuncia de gran parte de América Latina. Sin embargo, su huella fue extensa y profunda, cuyo impacto afectó también el ambiente universitario costarricense. En el presente artículo, se realiza un recuento de la visita a la Universidad de Costa Rica (UCR) de este cantautor chileno en 1971 y su contexto histórico.

Un vistazo a América Latina en la década de 1970

La década de 1970 marcó un antes y un después en América Latina. Estos diez años comenzaron con los efectos que la agitación política juvenil había dejado desde finales del decenio de 1960. Para las personas jóvenes la transformación social constituía una meta alcanzable y posible.

La llegada al poder de gobiernos como el de Salvador Allende en Chile, el de Héctor Cámpora y posteriormente Juan Domingo Perón en Argentina, daban esperanzas a una generación que, salvo en excepciones como el caso costarricense, había crecido en medio de ambientes autoritarios, bajo la lucha de hacer escuchar su voz. Sin embargo, estas esperanzas comenzaron a apagarse lentamente con la llegada de regímenes dictatoriales como el chileno en (1973), el uruguayo (1973) o el argentino (1976). Estos gobiernos implementaron una serie de restricciones que limitaban los derechos sociales y políticos de sus poblaciones e inclusive atentaron directamente contra quienes consideraban “subversivos”.

Aquellos eran los años de la Guerra Fría, un conflicto que superaba los 25 años de tensiones y en el que los intereses estadounidenses fueron esenciales para que los gobiernos dictatoriales latinoamericanos pudiesen establecerse. La división en dos bandos que causaba esta pugna implicaba también a la juventud latinoamericana, pues quienes adoptaban posiciones progresistas podían sufrir persecución por parte de algunos Estados, con lo cual se aducía la presencia de ideas comunistas.

Signos de esperanza en la Nueva Canción Latinoamericana

A finales de la década de 1960 e inicios de la siguiente, era común encontrar, en las radios latinoamericanas, las voces de artistas como Violeta Parra, Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui o Inti Ilimani. Su obra, heredera de las canciones folclóricas, representaba la capacidad creativa de una nueva generación que no dudaba en denunciar aquello que consideraba injusto.

No obstante, desde hacía décadas la música se había convertido en un importante medio de denuncia social. En concreto, durante la recesión en 1929, diversos artistas (entre ellos, Peter Seeger) comenzaron a manifestarse en contra de las duras condiciones que estaba viviendo la población estadounidense. Estos primeros referentes marcarían el trabajo de los artistas latinoamericanos.

En momentos donde los movimientos juveniles encontraron la fuerza para oponerse a las arbitrariedades que habían afectado a sus países por largo tiempo, la Nueva Canción Latinoamericana significó una forma de ver reflejados sus intereses, al hacer que lo que parecía utópico fuese entonces posible. Un ejemplo de lo anterior puede encontrarse en el “Derecho de vivir en paz”, canción de Víctor Jara, donde este artista denunció las acciones cometidas por Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam. Aunque aquel era un conflicto lejano a la realidad latinoamericana, el mensaje de dicha composición caló hondamente en quienes pedían un alto a los enfretamientos bélicos de aquella época.

Las declaraciones del cantautor chileno reflejaban el interés por construir una nueva América Latina. Semanario Universidad, 22 de noviembre de 1971, p. 5. 

Las juventudes costarricenses no se quedaban atrás

Aunque para inicios de la década de 1970 el panorama costarricense parecía ligeramente más alentador frente a otros países de la región, no significaba que la realidad nacional fuese la idónea. La presencia de intereses mineros que atentaban contra los ecosistemas nacionales, se sumó a las malas condiciones laborales existentes en las compañías bananeras para convertirse en terreno de lucha de las juventudes costarricenses.

Las protestas contra ALCOA (1970) y contra la United Fruit Company (1971) son claros ejemplos del interés que tenían las personas jóvenes por luchar contra lo que consideraban injusto. Ambos casos coinciden con la agitación social que se vivía desde años antes en varias latitudes. Resulta posible que este ánimo de lucha fuese afirmado por la Nueva Canción Latinoamericana, para soñar con una Costa Rica mejor.

Una noche para Víctor Jara

El martes 16 de noviembre de 1971, las instalaciones de la Federación de Estudiantes de la UCR resultaron pequeñas ante el público que llenó las dos presentaciones de Víctor Jara en la Ciudad Universitaria. Con sus canciones, supo cautivar un público que esperaba escuchar en vivo aquello que muchas veces había disfrutado en discos de acetato o por la radio. Jara, por su parte, supo dar voz a quienes lo escuchaban, al punto que compartió escenario con algunas personas estudiantes.

Su actuación fue una oportunidad para que el inquieto estudiantado pudiese entrar en contacto con nuevas visiones del futuro de Latinoamérica. Además, fue posible conocer parte de su pensamiento pues dio una entrevista al Semanario Universidad, donde resaltó el valor que tenía la lucha desde la actividad artística. A pesar de que su paso por el país fue corto, resultó suficiente para seguir alimentando la esperanza de un mundo mejor, en paz y equidad. Su muerte resultó trágica para quienes lo habían admirado, lo cual preservó la certeza de que su mensaje viviría por varias décadas más.

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