Ventana "U"

La diversión merecía un hogar: luchas por el Centro de Recreación Estudiantil de la UCR

Lic. Carlos Garita Víquez
Asistente del Museo UCR
Historiador, docente y administrador de la educación no formal

Desde sus inicios, el Centro de Recreación acogió importantes eventos, como la visita de Joan Manuel Serrat en 1972. La República, 9 de marzo de 1972, p. 25 

El comedor estudiantil de la Universidad de Costa RIca guarda una larga historia. Construido como un centro recreativo, su edificación conllevó una larga lucha en la que las organizaciones estudiantiles supieron defender sus ideales y prioridades. Al cumplirse 50 años de su inauguración, este artículo hace un repaso por los principales episodios de esta conquista.

El ocio y la diversión en la joven vida universitaria

Al abrir sus puertas en 1941, la UCR contó con un estudiantado que había crecido sin conocer el ambiente universitario. La posibilidad de vincularse con integrantes de otras carreras fue una experiencia novedosa para quienes se formaron en esta casa de estudios durante la década de 1940. La nueva convivencia abrió la oportunidad de realizar actividades recreativas, realizadas en espacios reservados -tradicionalmente- para la élite económica y cultural del país. Es así como el Teatro Nacional atestiguó los primeros conciertos universitarios, mientras que el Club Unión era escenario de bailes y veladas.

Poder ingresar con facilidad a estos espacios demostró que el estudiantado era muy poco numeroso. Además, se evidenció su pertenencia -mayoritariamente- a sectores medios de la sociedad josefina del momento. No obstante, con la llegada de la década de 1950, los espacios de la élite comienzan a negarle el acceso a la comunidad estudiantil. Esto sucede a raíz del paulatino crecimiento de la institución, a través del cual personas de otros estratos sociales accedieron a la formación universitaria. Se remarcó así la necesidad de un espacio propio para el disfrute del estudiantado.

El disfrute en la Ciudad Universitaria: las posibilidades y las limitaciones

La construcción de la Ciudad Universitaria abrió nuevas oportunidades para quienes se vinculaban a la UCR. Las nuevas edificaciones en ambientes amplios y novedosos significaron para el estudiantado la apertura de una nueva etapa en sus vivencias. Es así como los bailes cambiaron de sede, al trasladarse a San Pedro de Montes de Oca. Si bien en las instalaciones universitarias las personas estudiantes podían sentirse más cómodas, pronto descubrieron que las autoridades universitarias impondrían numerosas restricciones en la realización de actividades de ocio. Entre las más notables, destacan la prohibición de venta de alcohol y la determinación de un comité de personas responsables de la organización de cada actividad. Estas medidas no fueron casuales, respondían, por el contrario, al interés que tenía el Consejo Universitario por alejar a la UCR de posibles escándalos a raíz de las actividades estudiantiles. Se puede observar que el cuido de la imagen pública de la institución resultaba prioritario para sus dirigentes.

Una larga lucha que dio frutos

La decepción que pudo tener el estudiantado ante las trabas impuestas por las autoridades universitarias avivó el interés por construir el Centro de Recreación. A mediados de la década de 1950, este proyecto es incluido en la lista de edificaciones por realizar dentro de la Ciudad Universitaria. Sin embargo, le fue asignado uno de los últimos lugares en cuanto a prioridad, al lado de proyectos como la Facultad de Bellas Artes.

Este nuevo tropiezo hizo que el Consejo Superior Estudiantil (CSE) y posteriormente la Federación de Estudiantes de la UCR (FEUCR) continuaran presionando para que este anhelo se materializara. Las autoridades universitarias cedieron; adelantaron los planes de edificación, aunque las limitantes financieras que enfrentó la Universidad a finales de la década de 1950 e inicios de la década de 1960 frenaron nuevamente esta iniciativa.

Después de años de lucha, el Centro de Recreación se mostró amplio y cómodo para una población estudiantil en crecimiento. La Nación, 10 de marzo de 1972, p. 17  

El estudiantado no permaneció inmóvil frente a las carencias económicas, pues fue presentada una iniciativa ante el Consejo Universitario para aumentar ligeramente el arancel de matrícula, lo cual permitió que se consiguiera una parte de los fondos necesarios. De esta manera, se demostraba el nivel de compromiso que tenían las personas estudiantes con este proyecto.

Durante la década de 1960, se continuó con los preparativos del Centro de Recreación, proceso en el que cual estudiantado abogó para que se respetara el espíritu de esta obra. Dentro de su diseño, se contempló una pista de baile y un escenario para actividades diversas. Además, con su espacioso tamaño, tamaño se buscaba acoger actividades de amplia convocatoria, como congresos y asambleas estudiantiles. Tras largos años de lucha, el Centro de Recreación se inauguró en 1972, año en el que acogió un evento sin precedentes: la visita de Joan Manuel Serrat. Durante la noche del nueve de marzo de 1972, una multitud de estudiantes se agolpó para escuchar canciones como “Mediterráneo” o “Cantares”. Se inauguraba así una nueva etapa en las vivencias estudiantiles.

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